La formación como prioridad: no matar al mensajero, sino formarlo
Estamos acostumbrados a ver cómo las empresas invierten gran cantidad de recursos en ofrecer una imagen cuidada ante la sociedad, a promocionarse y crear una cultura de marca lo más favorable posible ante su público objetivo y ante sus clientes.
Pero, ¿nos planteamos si es suficiente? ¿Sería más coherente y sencillo invertir en desarrollar de un equipo sólido y profesional? ¿No son los profesionales que tenemos dentro los que deberían dar una visión competitiva y transparente de las labores que lleva a cabo su empresa? Invertir en los potentes mensajeros que son los empleados, invertir en conservar el talento de los trabajadores debería ser el pilar base en el que se estructura la empresa.